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CONTRA LA SITUACIÓN ACTUAL, GUERRA COLECTIVA CONTRA EL CAPITAL Y DE COMO NO PODEMOS DEJARNOS VENDER POR LOS SINDICATOS DEL PODER

La situación actual:

Salarios miserables, pensiones miserables, subida de precios en el consumo de primera necesidad, recorte en las pensiones, recortes en las prestaciones por desempleo, paro, inyección a las empresas para conservar sus beneficios, reforma laboral, bajadas en los salarios, vivienda inaccesible, servicios públicos en proceso de privatización algunos y otros ya privatizados (sanidad, educación, AAPP, transportes, correos, electricidad, agua, vía pública), plan Bolonia, sumisión y trato vejatorio en la relación laboral debido al miedo a perder el trabajo, contratos precarios y temporales, descuentos abusivos en los días que hacemos huelga, servicios mínimos abusivos en las huelgas, subida de precios, gasto militar insostenible, financiación a las organizaciones religiosas, financiación a sindicatos de estado y fundaciones. Seguro que se ocurren más agravios para la clase trabajadora.

No podemos dejar robarnos de esta manera, tan impunemente. Políticos, patronal y sindicatos del poder, nos toman el pelo cada día.

No podemos dejar de hacer la critica a la clase trabajadora, porque hemos sido la clase trabajadora, quienes nos hemos dejado llevar a esta situación

¿dónde está la fuerza colectiva de los años ochenta?.

Para empezar debemos llamar las cosas por su nombre, sobre el papel de los sindicatos de estado:

Está claro que de la patronal y de los políticos nunca hemos esperado nada, pero aquellos sindicatos que eran una herramienta de lucha de la clase trabajadora y para los intereses de la clase trabajadora, hoy se han convertido en organismos interclasistas es decir que pretenden estabilizar la economía a base de recorte en nuestros derechos, mirando por el bien de la empresa, que presuponen la base de la economía de estado, que quede claro que la economía de un estado la sustenta la clase trabajadora. Nosotras y nosotros pensamos que un sindicalismo sin conciencia de clase, (es decir consciente de que somos la clase explotada y que por lo tanto debemos unirnos para luchar contra quién ejerce la explotación sobre nosotras/os) es el peor de nuestros enemigos, el sindicalismo de estado hoy busca carrera política y para ello le es prioritario mantener a la clase política y patronal contentas. No dudamos que dentro de estas organizaciones sindicales existan personas con verdadero afán de lucha obrera, pero sin duda se equivocan ya que lo único que consiguen es afianzar el modelo sindical vendeobreros. Un hecho claro es que quien firma las reformas laborales, los ERES, los convenios a la baja y los salarios son estos sindicatos, principalmente CCOO Y UGT.

Sus paros con duración definida NO SON HUELGAS, las huelgas deben ser indefinidas hasta que sea la voluntad de los/as trabajadores/as quien ponga fin a la misma.

Debemos empezar desde hoy a trabajar en una lucha colectiva capaz de tumbar reformas laborales, privatización y demás lacras sociales. No es equiparable la escasa respuesta de lucha que estamos dando para la situación tan nefasta que sufrimos. Con mucho recelo apoyamos las convocatorias de paros de estos sindicatos, y las secundamos porque entendemos que debemos apoyar cualquier intento popular de lucha por nuestros derechos, sin embargo es muy poco e interesado el movimiento de estos sindicatos.

¿Que alternativas tenemos a día de hoy?

Solo tenemos una; la organización colectiva, para la batalla que debemos librar contra los intereses del capital.

El estado tiene miedo de un conflicto social como el de Grecia, nosotros y nosotras no lo tenemos, es más el pueblo de Grecia es un ejemplo a seguir.

Deberíamos estar ya plantando cara en las calles y apoyando cualquier conflicto colectivo y sobre todo organizándonos en nuestros puestos de trabajo y planeando nuestra estrategia de lucha.

Nos hemos aburguesado, sin ser burgueses, tenemos miedo a la violencia de un conflicto colectivo, sin embargo aceptamos la violencia que se ejerce sobre nosotras y nosotros cada vez que nos roban derechos, cuando tragamos con todo por pagar la hipoteca. Estamos de acuerdo, si hacemos huelga que merezca la pena el descuento en nuestro salario, el problema es que nunca valdrá la pena si no luchamos desde ya.

Debemos crear las condiciones adecuadas para que se colapse el país y para que los sindicatos no nos vendan como siempre, para ello debemos tener claro quienes son nuestros enemigos.

A LA HUELGA GENERAL