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Inmigración y exclusión social.

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Por JJesús.

Hace poco tiempo la prensa burguesa, con unos aires de sensacionalismo y amarillismo, abrió un debate social nada nuevo en Madrid:

La inmigración y la exclusión social que sufren  estos inmigrantes en nuestros barrios y ciudades.

Hay diversidad de quejas sobre lo que suelen hacer estas personas: borracheras, escándalos nocturnos, organizaciones juveniles delictivas y múltiples quejas más. La gente “española”  de a pie se queja de que esta gente no se integra en las “costumbres y valores” españoles, y me pregunto: ¿de verdad le dan pie a la integración?

El fenómeno de la inmigración viene dado por la miseria que sufre la gente en cuyos países el sistema capitalista se nutre, a través de multinacionales y otras empresas, de los recursos naturales más preciados. La gente en estos países (incluidos los niños) trabajan para estos explotadores largas horas por una mísero salario que no les llega ni para vivir. El campo está dominado por grandes terratenientes que ni siquiera son originarios de ese país. Los derechos de los obreros son nulos gracias a los respectivos y corruptos gobiernos liberales y democráticos además, como no, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. La desigualdad en estas zonas del planeta es inmensa. Es lo denominado por la burguesía “Tercer Mundo”.

El paro y la miseria de los campesinos y obreros les obliga a emigrar al “Primer Mundo”,  lo que ellos creen que es la sociedad del bienestar y la perfección, donde encontraran un trabajo para alimentar a sus familias que dejaron en sus respectivos países y tener ellos mismos una vida mejor.

En los países desarrollados económicamente, el capital demanda mano de obra barata de fuera, prefiriéndola a la nativa.

Las personas nacidas en los países desarrollados están inflando el nuevo sector terciario o servicios que crece vertiginosamente dejando el sector de la producción y el de la construcción, básicos en la estructura del sistema capitalista, con unas faltas de personal brutales. Aquí es donde van a parar la mayoría de los inmigrantes que el estado trae.

Estos trabajos son a su vez duros y bastantes peligrosos. Los inmigrantes trabajan más horas de las legales en trabajos insalubres y muy precarios. El salario que reciben es mísero (un ejemplo en el campo a un inmigrante se le paga 2€ la hora, incluso menos), muchos están sin contrato de trabajo por lo irregular de su situación en el país, cosa que los empresarios aprovechan para chantajearlos con denunciarlos y deportarlos a sus países de origen si no tragan con lo que ellos imponen.

En este país, como en muchas partes de Europa, hay mucha gente que siente especial añoranza por el oscuro pasado faccioso europeo. El fascismo europeo ha evolucionado de manera considerable. A los grandes dirigentes, militares, empresarios y políticos en general les interesa más una sociedad capitalista en la cual amasen gran cantidad de dinero con cualquier tipo de negocio a sociedades fascistas las cuales limitasen sus ingresos y su poder. Estos se siguen cerrando en sus valores y tradiciones oprimiendo a las autenticas tradiciones venidas del pueblo llano.

Se escudan en una identidad europea dentro del fanatismo arcaico religioso para excluir y criminalizar a otros entupidos dogmas.

El fascismo más rancio también incluye el valor “racial” europeo como arios, superiores física e intelectualmente a los demás tipos de personas. Esta resaca de valores decadentes y antitéticos mezclados con el egoísmo y la competitividad ,principales valores del capitalismo, hace que el pueblo ignorante y aborregado por el poder que les domina, sienta un rechazo hacia la gente que venida de la miseria va a ocuparse de los trabajos y las obras que la nueva juventud no quiere desempeñar.

La respuesta de los inmigrantes a lo que se le presenta es la defensa. Se escudan en las culturas de sus países de origen, en sus valores dogmáticos (impuestos a la fuerza por los colonizadores)  e incluso en su etnia.

El poco tiempo de ocio que les queda a los inmigrantes son tirados a la basura acudiendo a lugares de “ocio” que están destinados solo a un determinado colectivo ofreciendo una decadencia total de sus culturas y fomentando el consumo de drogas para evadirse de su infierno diario.

Los jóvenes que emigran con sus padres o los jóvenes que nacen en el país lo tienen mucho más difícil. En una época tan difícil como la adolescencia ya sufren el rechazo por parte de su entorno social solo por ser diferentes a los demás. A esto hay que sumarle la miseria creada en su entorno jerárquico familiar y el circulo vicioso de las drogas. Esto hace que muchos de estos jóvenes se junten en pandillas con gente de su misma nacionalidad y etnia. Bandas jerárquicas lideradas por mafiosos y capos metidos en los negocios de la prostitución, las armas y las drogas  que usan a estos jóvenes e ingenuos chavales como matones a sueldo, creándoles un mundo aparte en los cuales ellos se sienten aceptados y enfrentándoles con otros inmigrantes de otros bandos rivales de distinta nacionalidad.