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Contratación directa por parte de la administración.Campaña contra la priatización de la sanidad

 

Los trabajadores y trabajadoras de la sanidad pública conocemos y sufrimos las consecuencias del proceso de mercantilización de la misma llevada a cabo por la clase política y patronal.

La contratación temporal del personal sanitario y no sanitario en los centros médicos con financiación pública en el estado Español, es actualmente superior a las necesidades de cobertura temporal de un puesto determinado. Es decir que los puestos temporales que no cubren una interinidad son trabajos eventuales precarios.

Por un lado tenemos el personal que forma parte de los servicios externalizados, con un claro criterio de ahorro de costes en la contratación, ya sea personal no cualificado o personal temporal. 

Por otro nos encontramos con el personal que sin ser interino, trabaja eventualmente en el sistema sanitario.

En Madrid se calcula que el último año se despidió a más de un millar de trabajadores en la sanidad pública. El resultado es cambio paulatino de puestos de trabajo indefinido, por eventuales, ya sean llamados desde las bolsas de la propia administración o bien desde contratas de servicios.

Otro dato que corrobora lo anterior es la caída de ofertas públicas mediante concursos- oposición.

De un modo general podemos decir que sumado a la falta de puestos de trabajo necesarios para dar cobertura pública sanitaria con unas mínimas garantías de atención a pacientes y de no sobre-explotación laboral, junto con lo expuesto anteriormente, la situación laboral dentro de la red sanitaria pública, está sufriendo las consecuencias del proceso privatizador.

Mención aparte la bolsa única que lejos de ser transparente, se presta a la conveniente manipulación.

Si una persona trabajadora de la red pública sanitaria era perfectamente válida para el puesto que desempeñó hasta ayer, hoy ya no se la llama a trabajar. Esto no tiene sentido.

Entendemos que para acabar con este problema es necesario crear un sistema transparente de listas de trabajo de interinidades y que este debe estar bajo un control obrero estricto, que se ajuste a unos criterios de igualdad, capacitación y estabilidad laboral. Esto se puede llevar a cabo con listas públicas de cada puesto cubierto, que aseguren el control por parte de todos y todas las trabajadores y trabajadoras.

Si hacemos un cálculo de puestos fijos necesarios en el estado español para llevar a cabo una atención ya sea primaria o especializada en condiciones, es decir sin listas de espera, sin demora en urgencias, sin prisas por dejar las camas libres, sin sobrecarga de trabajo, lo que conlleva fallos humanos y peor servicio, junto con todos los servicios tendentes a ser privatizados, nos encontraríamos con cerca del millón de puestos fijos por crear. Eso sin contar con los nuevos hospitales que aún no se han creado.

La contratación solo puede ser eventual, cuando se trate de cubrir bajas laborales, o para cubrir períodos vacacionales, que en ese caso tendrán categoría de interinidad, la contratación parcial(media jornada) por estricta necesidad de un servicio no sanitario o por deseo propio, el resto de modalidades no tiene justificación y por lo tanto el despido no tiene cabida. Por lo que EXIGIMOS CONVOCATORIAS PÚBLICAS, estas plazas DEBEN CUBRIRSE YA.

En estas convocatorias se debe aceptar, sin excepciones la presentación de todo el personal que trabaja actualmente en la sanidad pública en las diferentes modalidades de contratación no indefinida o fija, actualmente en la sanidad pública, ya sea de contratación directa o no, para servicios sanitarios y no sanitarios, incluyendo el personal que siendo fijo, no está empleado por la propia administración. Exigimos y sin excepciones que se contabilice la experiencia en el puesto requerido o similar como calificación añadida.

La organización obrera es absolutamente necesaria para acabar desde dentro con la sobreexplotación y precariedad en la sanidad pública, cosa complicada es organizarnos todos y todas y hacer viable esta herramienta de lucha que no es otra que la fuerza colectiva. Desde aquí nos atrevemos a dar unas pautas:

Organizarnos en nuestros centros de trabajo, con asambleas horizontales, sin anteponer los intereses de gremio o de sindicato.

Que nos coordinemos con otras asambleas de otros centros de trabajo. De cara a un conflicto colectivo esto es necesario para coordinar las fuerzas.

Es necesaria también la organización de todo el espectro de afectados por la privatización. Es más eficaz si nos dividimos en colectivos según problemática común, es decir parados/as de la sanidad, jubiladas/os, discapacitados/as físicos/as y psíquicos/as, usuarios/as en general, etc. Esta división solo corresponde a la necesidad de planificar una sanidad pública que contemple las diferentes necesidades de todo los/as usuarios/as, que por otra parte somos los que subvencionamos la sanidad. En este sentido debemos recalcar la necesidad de confluir en un trabajo conjunto es decir una coordinación general, que permita la organización en caso de conflicto colectivo, nunca esta división debe suponer la desunión, por esta razón debemos apoyarnos mutuamente, solidarizándonos con cualquier iniciativa popular que surja desde estos colectivos, así como apoyar las luchas puntuales por una determinada situación, valga como ejemplo la lucha llevada a cabo contra la privatización del servicio de lavandería en el Hospital Clínico San Carlos.

No sabemos si los sindicatos del estado convocarán huelga, en cualquier caso, debemos tomar medidas para no caer en su juego de intereses; si a la huelga, no a la manipulación, debemos exigir asambleas generales de todo el ámbito en el que se convoque la huelga, en las cuales todos/as las/os trabajadores/as afectados puedan decidir sobre las reivindicaciones y sobre cómo llevarlo a cabo, no olvides que eres tú quien secundará la huelga, no te dejes engañar con el lenguaje que utilizan el único fin es confundirte. Cosa importante a tener en cuenta es que en caso de conflicto colectivo debemos exigir siempre lo máximo, que merezca la pena nuestro esfuerzo.

Esto es pues una línea general de organización, muy alejada de lo que nos vendía la clase política como autogestión, que en realidad era una forma de disfrazar el chiringuito de unos pocos médicos, para dirigir al resto de la plantilla, eso no es autogestión. La autogestión solo puede ser llevada a cabo si somos todas y todos quienes de forma igualitaria decidimos y gestionamos aquello que nos afecta.

 

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